Amor Con Comerciales
Forthcoming with Lugar Comun Editorial
Rumores Sobre Marisol de Luna y sus Telenovelescos
(From the introduction to Amor Con Comerciales)
By Victor R. Rivas
Cuando mar y sol se unen en presencia de la luna es el momento de recuerdos, de nostalgias y de remordimientos. Debemos escuchar atentamente al universo en esa efímera instancia que ve brotar a las estrellas a través de un firmamento que torna del más claro y ligero azul al espeso azul marino, el cual sumerge al sol en la mar, hasta quedar la noche cierta pero inquieta. Es el preciso instante, el intersticio entre el día y la noche, en que las crudas vivencias de nuestra realidad adquieren la flúida espesura textual de cuentos, leyendas, y mitos. Estas textualidades, de larga y antigua trayectoria, conforman el legado cultural de nuestras sociedades humanas, nos distinguen como humanos, nos hacen humanos.
El contenido de tales textualidades es el mismo de siempre, presentado desde ópticas diversas, a veces tan novedosas que aparentan originalidad pero resultan seguros arquetipos textuales. Para nosotros, criaturas de la modernidad, lo posmoderno, lo hipermoderno y todas sus virtualidades, es instintivo el poder reconocernos retratados en cada expresión de esas mismas textualidades. Entre la diversidad de textos que se crean y recrean, presentan y representan, por medio de cada tecnología emergente, perdura el melodrama, especialmente en su formulación más conocida, aunque infame para algunos, el de la telenovela.
La telenovela, amada o defamada, perdura como ícono exclusivamente análoga a la pantalla chica, eternamente episódica e interrumpida por comerciales que las patrocinan. Aunque las tramas tienden a ser predecibles, su detalle más característico, su atractivo público es el acuerdo complícito de suspender toda razón lógica de lo anticipado o esperado
y dedicarse a participar en un juego compartido en que se pretende la sorpresa ante cada revelación o resolución dramática. Y esto para cada uno de los singulares episodios de cada programa, de cada canal, de cada país, de cada traducción, de cada día de la semana y por los siglos de los siglos.
Concebida y criada en un lugarcito del mundo llamado Santa Cruz, Marisol de Luna es obsesivamente fanática de toda trama, tan absurda como real, de sus amadas y adoradas telenovelas. Desde muy chica, Marisol se nutrió exclusivamente a partir de una indiscriminante dieta de tramas telenovelescas. Marisol se entretuvo incontables horas junto a sus tres tías, cinco primas, un recordado amiguito pelirrojo, y la siempre presente Misis Li, ante las imágenes apasionadas de Derecho a nacer y Corazón Salvaje, entre otros centenares de títulos en castellano como en inglés. Su propia colección de telenovelas es impresionante, abarcándo series conocidas tanto en Latinoamérica como en Angloamérica. Estas incluyen los primerizos episodios de “Days of our lives” y “General Hospital” en Betamax, las obras completas de Corín Tellado en formatos múltiples, los revolucionarios y comiquísimos episodios de “Betty la fea” en DVD (aunque rehusa ver la versión de Selma, “Ugly betty”), y hasta en su iPad lleva episodios digitalizados de “Amores de Barrio Adentro” y“La Reina del Sur” entre otros. En un archivo marcado “For Your Eyes Only” lleva una variedad de episodios pilotos, es decir adelantados, de nuevas series que aún están por aparecer en la pantalla chica (Marisol, privilegiada, tiene sus contactos en la industria). Sus episodios favoritos, los que recuerda con más emoción, tienden a ser los más absurdos y melodramáticos. “Lo máximo es ver, oír y sentir los diluvios de tanto llanto, los truenos de tantos gritos, y el impecable silencio de tantas intrigas” dice Marisol. También es parcial a esos momentos de súbito silencio sonoro, la singular y sostenida nota de un sintetizador o la sinfonía de toda una orquesta, cuando se está a punto de revelar algún temible secreto o aún después de saber tal secreto y la melodía de fondo apenas se oye o sorprende con estrendor. Exclama Marisol, “Cuando sostienen la respiración y están casi por desmayarse y el lente de la cámara detalla la topografía de los rostros, esos son los maravillosos momentos de la trama pues me hacen llorar a mero moco o reír a carcajadas según la calidad de la actuación.”
Marisol de Luna se ha dedicado a crear una literatura que ella llama telenovelesca por sus obvias referencias e irreverencias, tanto estilísticas como narrativas. Sus textos telenovelescos juegan entre lo burdamente programado del amor en pantalla, las ridículas interpelaciones sociales de los comerciales intercalados, y la irónica cotidianidad de las vivencias que bien oscilan entre lo verídico de la vida y lo absurdo televisado.
En el caso de amor con comerciales, su primera colección de textos telenovelescos, Marisol comparte su apasionada agudeza lingüística para todo un público amante de las tramas melodramáticas. “También a los hombres, por muy machos que sean, les puede gustar,” advierte Marisol de Luna, sonriendo trémula y con un destello de lágrimas en sus pícaros ojos.